Antes de decirte qué es, te explicaré lo que no es:

  • No es lo que sale en las películas.
  • No hay un diván y la persona habla y habla mientras el terapeuta sólo escucha.
  • No se buscan causas en el pasado, ni supuestos traumas infantiles.
  • No hay sesiones semanales durante años o de forma indefinida en el tiempo.

¿En qué consiste?

  • El terapeuta y la persona definen el problema y el objetivo que se quiere conseguir.
  • El terapeuta da pautas a la persona en cada sesión. Son como unos “deberes para casa” que se convertirán en las nuevas herramientas para solucionar el problema.
  • Hay dejar de hacer aquello que no ha funcionado hasta la fecha ante el problema.
  • Se orienta la mirada hacia la solución en el futuro, trabajando el presente. No mirando el pasado.
  • Una vez finalizada la terapia se hace un seguimiento gratuito al cabo de 3, 6 y 12 meses, para comprobar que no ha habido recaídas y se han consolidado los resultados.

¿Breve? ¿Qué entendemos por breve?

  • En la primera sesión se orienta de la cantidad de sesiones que se calcula que serán necesarias. Dependiendo del tema pueden oscilar entre 4 y 10 sesiones.
  • Las sesiones de una hora de duración, son inicialmente quincenales y más adelante cada 3 o 4 semanas.
  • Aunque los problemas hayan persistido en el tiempo durante años, no es necesario un periodo largo de terapia.

¿Por qué es tan eficaz y eficiente?

  • Porque resuelve el problema de forma definitiva y rápida.
  • Porque la persona acaba entendiendo el problema y cómo llegó a esa situación.
  • Porque se dota a la persona de técnicas y herramientas para afrontar y solucionar su problema definitivamente.