Practicar deporte es un estilo de vida que puede dar muchas satisfacciones. El tiempo de ocio gira en torno al entreno, la competición, el material deportivo, la alimentación, los amigos, incluso las vacaciones que se pueden planificar en función de las competiciones.
Si eres atleta seguramente estás pensando que cumples casi todas estas características. Queda claro: te apasiona el deporte. ¿Pero cuál es la línea roja entre pasión y obsesión? ¿Cómo saber si te has convertido en un fanático obsesionado?
La obsesión se da cuando hay pensamientos que asaltan y se instalan en nuestra mente de forma persistente e involuntaria.
Estos pensamientos pueden implicar acciones compulsivas como entrenar, hablar, enviar mensajes, whatsapp de grupos de atletas, buscar información, mantenimiento y limpieza del equipo, nos daríamos cuenta que el centro de atención es casi monográfico.
Una línea roja la marca el sufrimiento emocional de la persona, pero no siempre es fácil de detectar, sobre todo cuando el proceso de obsesión empieza a gestarse, ya que, al igual que en cualquier adicción, se da paulatinamente y convive con grandes dosis de refuerzo positivo como son los entrenos y las competiciones (las endorfinas tienen un papel adictivo), dándose un cierto autoengaño.
Otra línea roja es la falta de libertad, es decir, cuando la persona ya no puede decidir, porque siente ansiedad si no entrena. La vida gira entorno al deporte (trabajo, familia, amigos, etc.).
Síntomas de la transformación de pasión a obsesión:
- Si afecta gravemente tu trabajo, estudios y bajas el rendimiento pensando continuamente en cosas relacionadas con el deporte.
- Si daña la relación con la familia, pareja o amigos.
- Si aparece la ansiedad cuando por enfermedad, lesión u otro motivo no se puede cumplir estrictamente el plan de entreno.
- Si mientes sobre lo que te gastas en material porque te sientes culpable porque valoras que es excesivo respecto a la economía familiar.
- Si las vacaciones y fines de semana quedan totalmente condicionadas por el calendario de las competiciones.
Si te has sentido identificado con alguno de estos síntomas piensa que eso no significa que tengas un problema. Por un lado no todos son igual de graves. No es lo mismo engañar sobre el precio del material, que llegar tarde al cumpleaños de tu hijo o poner en peligro tu puesto de trabajo. Aunque ir acumulando síntomas podría ser un indicativo de que se te está escapando de las manos.
Encontrar el equilibrio entre disfrutar de este deporte y otras áreas de la vida (parejas, hijos, amigos, etc.) es clave.
La pasión por el deporte motiva, mueve, ilusiona. Es un estilo de vida. El deporte te hace sentir vivo cada vez que lo practicas.
La obsesión por el deporto te consume, te hace prisionero de tus pensamientos y acciones, te condiciona la vida hasta perder el control, te hace sufrir emocionalmente. La obsesión es vivir para el deporte, en lugar de hacer deporte para vivir.