Estos días muchos me decís, “no quiero estar triste”, “no tengo derecho a estarlo: tengo salud y sé que esto pasará”, “no quiero que mis hijos me vean triste”, “no quiero contaminar el ambiente de casa”.
Lo entiendo, la idea es buena, racionalmente todo esto está muy bien. Es lógico.
Pero vamos a ver:
- Estamos confinados por una enfermedad que está matando a muchas personas, tal vez a alguien querido.
- No sabemos cuándo acabará todo esto.
- La economía mundial está afectada.
- Tal vez estemos sin trabajo.
- No somos libres de salir de casa.
- Sufrimos la incerteza de cómo y cuándo acabará.
Esto es muy difícil. Y tenemos todo el derecho del mundo a sentir todas las emociones: incluida la tristeza. ¡Claro que sí!
Eso no significa estar tristes 24 horas y dejarnos llevar por la desidia, el desánimo y la desesperación.
¿Cómo se gestiona esto de la tristeza?
1º Veamos por qué nos cuesta tanto gestionarla:
- 1 ese concepto tan extendido de que tenemos que estar superpositivos 24 horas y así todo irá mejor, que atraemos lo bueno. Por lo tanto, parece que lo peor sea estar triste.
- 2 No queremos sentir la tristeza, huimos de esta emoción. La negamos. Negar la tristeza sólo hará que se acumule y con el tiempo lo invada todo.
- 3 Cuando no nos permitimos estar tristes surge la rabia. La frustración de todo lo que vivimos ahora puede hacer que estemos tristes o enfadados. Hay personas que nunca se muestran tristes, y se permiten estar rabiosos. Y “vomitan” su rabia contra los demás. Y ahora mismo la rabia y la ira es una bomba en la convivencia. También es cierto, que hay personas que no se permiten mostrarse enfadados y son los que se deprimen porque entran desproporcionadamente en la tristeza.
Encontremos el equilibrio: Ni negar la tristeza ni quedarse en ella y deprimirnos.
2º Veamos qué podemos hacer con la tristeza:
Una cosa muy terapéutica es escribir tu tristeza en un diario durante 15 minutos. Son tus 15 minutos para estar triste, conecta con la tristeza. Permítete estar triste en momentos puntuales, si necesitas llorar hazlo. Te sentará bien.
No pasa nada por llorar. Cada lágrima cura. No en vano es una característica humana: poder llorar. Déjalas salir, cuando lo necesites.
Habitualmente, lloramos 5 minutos y es suficiente, no mucho más. ¡Te sentará bien!
Como ves, no te estoy diciendo que te dejes arrastrar por la tristeza y estés llorando todo el día. No, en absoluto.
Te digo que:
Tienes el derecho y la necesidad de estar triste e incluso llorar.
Si lo reprimes será peor. Conecta con tus emociones, reconócelas.
En 24 horas podemos pasar por muchas emociones. Está bien, el caso es gestionarlas de forma saludable.
Si lo necesitas: Escribe tu tristeza, llora, un pequeño ratito al día y el resto del día estarás mejor.
Y recuerda que este periodo difícil pasará y todos habremos aprendido muchas cosas. Entre ellas: gestionar las emociones. ¡Ánimo!